El bullying se va pareciendo a una epidemia silenciosa que día a día cobra más víctimas a nivel mundial. El bullying se suele producir en centros de enseñanza (es donde los niños suelen pasar muchas más horas) y es un comportamiento que suele prolongarse en el tiempo sistemáticamente, caracterizado por maltratos, humillaciones, burlas, exclusión y agresiones físicas o psíquicas a un compañero. El bullying tiene multitud de efectos negativos en la salud física y mental de los jóvenes, repercutiendo sobre su productividad académica y por supuesto sobre las habilidades sociales.

Según la UNESCO en su informe publicado en enero del 2019 (UNESCO, 2019), en España el 15,4% de los jóvenes sufren acoso escolar, siendo mayor esta prevalencia en el género masculino (18,2 vs 12,7%). Desgraciadamente, con el auge de las tecnologías, el acoso escolar se ha incrementado y se ha extrapolado más allá del horario escolar (fenómeno conocido como ciber-bullying).
El bullying es un tema muy complejo y requiere de un abordaje multidisciplinar. En los últimos años, diversos investigadores internacionales abordan este problema a través de la actividad física.

La evidencia científica avala el efecto de la actividad física entre los jóvenes como una conducta predictiva de diversos beneficios físicos y mentales (US Department of Health and Human Services, 2018), los que permiten establecer unas primeras hipótesis sobre su relación con el bullying:
- Desde un punto de vista biológico, la actividad física ayuda a construir las funciones ejecutivas (habilidades cognitivas como la atención, el autocontrol o el pensamiento flexible, que permiten asociar ideas y regular la conducta) a través del desarrollo del lóbulo frontal del cerebro de los jóvenes (Davis y cols., 2011). El desarrollo biológico se produce mucho antes que el de las funciones ejecutivas y este desfase entre el desarrollo del cuerpo y la mente es el responsable de explicar las conductas impulsivas y el aumento de las conductas de riesgo (el bullying), entre los jóvenes. Es decir, la actividad física puede favorecer la maduración de una región del cerebro imprescindible en la gestión de las emociones y conducta del joven.
- Desde el punto de vista psicosocial, es más que conocido que la actividad física regular promueve la empatía, prosocialidad, autocontrol, resolución de conflictos, etc (Biddle & Asare, 2011), aspectos que se encuentran directamente relacionados con la conducta de los niños y adolescentes y que podrían asociarse al bullying.

Puesto que el bullying genera un conflicto muy grave que no solo afecta al joven acosado sino también al entorno en el que se mueve, una de las estrategias que barajan los investigadores para combatir este problema es concienciar a los jóvenes mediante dinámicas de grupo y trabajo colaborativo en las escuelas. Un ejemplo exitoso en este sentido, fue el proyecto denominado Active-Start (Hormazábal-Aguayo et al., 2019), un estudio aleatorizado controlado llevado a cabo en Santiago de Chile en menores vulnerables de 8 a 10 años de edad. Este trabajo incluyó juego cooperativo diario antes de la jornada escolar (30 minutos) y obtuvo una reducción del bullying físico y verbal de estos niños tras 8 semanas de intervención, además de otras mejoras físicas y mentales (García-Hermoso et al., 2020). En esta misma línea, Carvalho (2012) utilizó actividades cooperativas recreativas con 457 niños de 8 a 11 años, en dos escuelas del estado de Paraná, en el sur de Brasil. Estas actividades se llevaron a cabo durante 15 semanas e involucraron diferentes aspectos, tales como reglas, autoconocimiento y conocimiento sobre compañeros, conciencia corporal, noción de igualdad, cooperación, trabajo en equipo y acciones recomendadas contra el acoso escolar. Al comparar las evaluaciones previas y posteriores a la intervención, se observó una disminución en la victimización por bullying. Por lo tanto, estos estudios junto con otros trabajos transversales (Henriksen et al., 2016; Riese et al., 2015) abren una línea de investigación prometedora aún por explorar.
Referencias
Biddle, S. J., & Asare, M. (2011). Physical activity and mental health in children and adolescents: a review of reviews. British Journal of Sports Medicine, 45(11), 886-895.
Carvalho, J. E. (2012). Os benefícios das atividades lúdicas para a prevenção do bullying no contexto escolar [The benefits of recreational activities for bullying prevention in the school context]. Doctoral Dissertation. Universidade do Minho, Portugal.
Davis, C. L., Tomporowski, P. D., McDowell, J. E., Austin, B. P., Miller, P. H., Yanasak, N. E., … & Naglieri, J. A. (2011). Exercise improves executive function and achievement and alters brain activation in overweight children: a randomized, controlled trial. Health Psychology, 30(1), 91.
García‐Hermoso, A., Hormazábal‐Aguayo, I., Fernández‐Vergara, O., González‐Calderón, N., Russell‐Guzmán, J., Vicencio‐Rojas, F., Chacana-Cañas, C., & Ramírez‐Vélez, R. (2019). A before‐school physical activity intervention to improve cognitive parameters in children: The Active‐Start study. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, 30, 108-116
Henriksen, P. W., Rayce, S. B., Melkevik, O., Due, P., & Holstein, B. E. (2016). Social background, bullying, and physical inactivity: National study of 11‐to 15‐year‐olds. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, 26(10), 1249-1255.
Hormazábal-Aguayo, I., Fernández-Vergara, O., González-Calderón, N., Vicencio-Rojas, F., Russell-Guzmán, J., Chacana-Cañas, C., del Pozo-Cruz, Borja & García-Hermoso, A. (2019). Can a before-school physical activity program decrease bullying victimization in disadvantaged children? The Active-Start Study. International Journal of Clinical and Health Psychology, 19, 237-242.
Riese, A., Gjelsvik, A., & Ranney, M. L. (2015). Extracurricular activities and bullying perpetration: results from a nationally representative sample. Journal of School Health, 85(8), 544-551.
UNESCO. Behind the numbers: ending school violence and bullying. 2019. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366483
US Department of Health and Human Services. Physical activity guidelines advisory committee scientific report. 2018. https://health.gov/paguidelines/second-edition/report/pdf/PAG_Advisory_Committee_Report.pdf
Sobre el autor:

Navarrabiomed, Universidad Pública de Navarra
https://www.researchgate.net/profile/Antonio_Garcia-Hermoso
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=garcia-hermoso+a
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